¿Un pasado que nos
pertenece a todos? ¿Quiénes se identifican con un pasado que llevó a la conformación del
México actual, con su crisis económica y de valores, con un aumento de la delincuencia,
guerra contra el narco; un campo abandonado todavía, grupos étnicos relegados y
un gobierno panista? o bien ¿con una perspectiva que sus mismos integrantes
pueden, por sus acciones consecuentes a raíz de una conciencia de la misma
historia, pueden, insistimos, incidir en ella? De ahí que sea interesante la
reflexión en torno a nuestro “pasado común”.
Algunos sostienen que todos
formamos parte de esa historia, ¿será? Muchos de nosotros hemos heredado el
pasado mexicano desde sus tiempos inmemoriales, con el orgullo de saberse
descendientes de los habitantes originales; un número imponente en su sangre
llevan la fusión de dos o más culturas; hay quienes tienen sólo pocas
generaciones de pertenencia al país. No se
olvide a los mexicanos que viven más allá de nuestras fronteras, ni tampoco a
los que viven separados por la pobreza[2]. Pero también a los
inmigrantes que tienen una permanencia
temporal en nuestro país y quizá no conozcan quien fue Benito Juárez, ni sepan cantar
el himno nacional, pero tendrán o manifestarán algunos elementos que nos
identifique. Si ciertamente todos tenemos el derecho de estar al tanto de nuestra
historia, ¿la conoceremos?
Tengo
la experiencia de cuando a alumnos del bachillerato al inicio de su formación
se les pregunta lo que entienden por historia, las respuestas mas comunes son
la de señalar a ésta como el estudio del pasado, sin especificaciones, ¿estudio
del pasado? ¿pasado, como un tiempo verbal, por ejemplo: Luis estudió sobre el
enunciado, Y eso sería ubicarnos en el campo de la materia de español,
redacción u otra disciplina, porque la historia se refiere a lo que los hombres
hicieron en el tiempo pasado, dentro de una sociedad o conglomerado social, en
un espacio específico, de aquí se puede rescatar que somos nosotros, seres
humanos, los protagonistas principales de la historia, seres que guardamos una relación con otros individuos (
el hombre es un ser social por naturaleza) de ahí la reflexión de que somos, en la medida en que guardamos una
relación con otros hombres, genéricamente hablando, atinadamente Juan Brom
señala que la historia es la ciencia que estudia al hombre a través del tiempo,
refiriéndose al estudio del hombre en relación a la comunidad de la que forma
parte y de su desarrollo[3].
También, la maestra Carmen Villatoro señala que, la historia es
nada menos la ciencia que hace inteligible el presente que vivimos, lo explica
a partir de la comprensión de hechos pasados y establece conexiones con
diversos aspectos de la realidad actual. Los hechos pasados afectan nuestro
presente. Para evitar que el pasado nos oprima y nos condicione
irremisiblemente, es necesario comprenderlo[4]. Podemos observar
que aunque el tiempo propio de la
historia sea el pasado, tiene una relación intrínseca con el presente y el
futuro, porque el estudio del pasado del hombre nos permite comprender el
presente, es decir nuestra realidad.,
entendiendo ésta como lo que nos rodea, visible o no que tiene una cierta
influencia sobre nosotros. Así, en la medida en que comprendamos
éste sabremos como conducirnos hacia el futuro. Entraríamos así en el campo de
la finalidad del estudio o manejo de la historia.
La historia es
decisiva para la cohesión de un grupo social juega un papel privilegiado en la
creación y mantenimiento de la conciencia nacional y, claro, también del
"status quo"; el estudio del pasado permite la cohesión de la
comunidad y por ende de un país. Cuando las naciones están en problemas con su
pasado, tarde o temprano, se fracturan. Por eso la esencia de una nación
consiste en que todos los individuos tengamos muchas cosas en común, así, no
debemos olvidar la masacre de Tlatelolco, del 2 de octubre de 1968, la matanza
de Acteal, en Chiapas del 22 de diciembre de 1997, etc. La historia como
disciplina científica tiene como misión emprender una permanente lucha contra
el olvido y la amnesia que son armas
para dar muerte y enterrar acontecimientos que deberían estar presentes en la
conciencia colectiva para perpetuar una sociedad, para fortalecerla por el conocimiento
de su pasado y para pasar de la conciencia a la acción.[5] De hecho el conocimiento
histórico puede convertirse en crítico y cuestionador de la realidad presente y
pude llegar a ser un instrumento del pensamiento progresista y de cambio
Hace rato que los
historiadores renunciamos a considerar al objeto de nuestra atención, el pasado
del hombre, como algo estático, inerte, que puede ser colocado bajo la lupa
para extraerle todos sus secretos de una vez y para siempre. Ya no se cree en caminos
inexorables que conduzcan hacia una finalidad que pueda establecerse de
antemano, por fuera incluso de la misma historia. Por el contrario, entendemos
que, en gran medida, la historia es una construcción y que los acontecimientos
históricos, cuya selección puede variar, darán respuestas distintas según las
preguntas que se formulen.[6] Ciertamente cambian los
tiempos, las culturas, se mejora el acceso a las fuentes de información, se
hacen nuevos descubrimientos y hallazgos. Las interpretaciones de hoy no son
iguales a las de ayer, aunque el hecho histórico sea el mismo.[7] Entonces, las preguntas que
el hombre se hace de manera inevitable, son de un sujeto que vive en un mundo
de valores, inquietudes e interrogantes, inmerso en un presente cambiante del
que sólo tiene una conciencia limitada por sus propias circunstancias.
Por
eso, resulta saludable que nuestra sociedad pueda hallarse inmersa en una
discusión sobre su propia historia y que
se encuentren respuestas a que llevó a la formación de nuestra identidad,
nuestros valores, esperanzas y proyección hacia el futuro. En este sentido,
¿podemos los historiadores tener otras expresiones que no sea necesariamente la
prosa?, creo que si y podría ser una
expresión que tendría que sustentarse. Yo de pronto me puse a escribir línea
tras línea porque alguna situación me inspiró y en un momento dado pensé que
ese conjunto de palabras ordenadas, con sentido, formaba un poema y es que,
según un autor “Los poemas están hechos de palabras, las de todos los días,
las que usamos siempre”[8],
son las palabras que desnudan el alma y motivan la existencia. La poesía también es resultado de
nuestra práctica cotidiana, es pensamiento que plasma esa realidad y, por lo
mismo, no se aleja de concepción del mundo que se tiene, porque no hay “nada más alejado de la imparcialidad que la
literatura, o de la neutralidad; el escritor toma partido en su obra, se
compromete”[9]. Yo quise
aportar un grano más para la comprensión de nuestra historia a través de este
escrito:
NUESTRO PASADO COMUN.
Culturas
de Mesoamérica
fijarán nuestro rostro indio,
luego vendría el español
y ejercería un dominio.
Mi
México, país querido,
tuviste que experimentar
la experiencia de una historia
que nos vino a conformar.
Nueva
España fue Colonia
de diferentes bienes y males.
economía, cultura y gente
con diferentes clases sociales.
Fue dada la Independencia,
Hidalgo movimiento propicia,
con Morelos dio forma y figura
e independiente nación se inicia.
¡Oh Juárez y sus afines ¡
propugnaron por nueva vida ,
y una herencia colonial
con la Reforma ya expira;
un pensamiento liberal
nueva burguesía mira.
Somos
productos del ayer
lo que se hiciera con entereza,
muchos hombres que lucharon
dejando sentir su nobleza.
Así...Mexicana
la Revolución
derriba lo que en mi país hubo,
una dictadura indigna
que Díaz treinta y dos años mantuvo.
Si bien
hubo riqueza
al pueblo se le explotó,
y campesinos por su lucha
con Zapata, tierra exigió.
Ante una
modernidad
la nación resurgirá,
un nuevo desarrollo
otra burguesía defenderá.
Un
desarrollo capitalista
con gran inversión extranjera,
con gobiernos principales
de un solo partido salieran.
Pero lo
anterior ya se venció
neoliberalismo está presente
y México ante este gran mundo
globalizado crece en mente.
Un pasado nos encierra
ningún paso atrás se siente,
el legado de los hombres
progresistas nos mantiene.
Así que
el pasado común
a mi país identifica,
son hechos de los hombres
que a una nación reivindica.
BIBLIOGRAFÍA
Alcalá Antonio y Humberto Batis, La comunicación humana y la literatura.
México, ANUIES, 1973
Brom
Juan, Para comprender la historia,
México, nuestro tiempo, 1974, p.20
http://www.lavoz.com.ar/cordoba/busca-pasado-comun
“La Vestidura
de la Poesía ”
en CCH. Suplemento Juvenil, México 26
de octubre de 1992
Villalpando
José Manuel, discurso, en
http://www.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=2
60: discurso-del-lic-jose-manuel-villalpando&catid=68:arco-bicentenario
Villatoro
Alvaradejo Carmen, La enseñanza de la
historia en el bachillerato
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res077/txt8.htm
http://www.lavoz.com.ar/cordoba/busca-pasado-comun
[1] Publicado en Tepalcates, CCH.UNAM, No.2, Mayo2012, p.14-19.
El Profesor José Piña Delgado es egresado dela Normal Rural de
Salaices, Chihuahua, hizo su bachillerato en el CCH. Sur. UNAM; Realizó sus
estudios de Licenciatura en Historia y
Maestría en Historia de México en la FFyL de la UNAM; Es maestro Titular “C” Tiempo
Completo, adscrito al CCH-Plantel Sur.
El Profesor José Piña Delgado es egresado de
[2] José Manuel Villalpando,
discurso, en http://www.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=260:discurso-del-lic-jose-manuel-villalpando&catid=68:arco-bicentenario
[3]
Juan Brom, Para comprender la historia,
México, nuestro tiempo, 1974, p.20
[4] Carmen
Villatoro Alvaradejo, La enseñanza de la
historia en el bachillerato
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res077/txt8.htm
[5] Ibídem
[6] http://www.lavoz.com.ar/cordoba/busca-pasado-comun
[7] José Manuel Villalpando, ob cit.
[9] Antonio Alcalá y Humberto Batis, La comunicación humana y la literatura. México, ANUIES, 1973, p. 40
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